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"Para empezar con buen pie este diciembre he decidido regalarme un juego de cartas infantil. Lo compré para regalárselo a un niño esta Navidad, pero, como me gusta, he decidido quedármelo. A él le compraré otro. El juego se llama Sardines, palabra francesa que, como hasta el monolingüe más recalcitrante deducirá, significa sardinas. Lo fabrican en Francia y lo compré en Vinçon. Hay dos tipos de cartas. Unas son el doble de grandes que las otras. A las grandes las llaman latas, y en cada lata hay ocho sardinas, cada una diferente. Unas llevan corbata, otras collares, faldas, bufandas, bikinis, chalecos, minifaldas, bolsos... En las cartas pequeñas sólo hay una sardina, diferente en cada carta. Cada jugador recibe cinco. Se muestra entonces una de las cartas-lata. Tienes unos segundos para memorizarla, tras lo que se gira del revés. Miras entonces qué sardinas tienes en tu mano. Se trata de recordar, de las tuyas, cuáles aparecen en la lata que ahora está boca abajo. Cuando todos han puesto sobre la mesa las sardinas que creen que coinciden, se gira de nuevo la lata y se comprueban los aciertos.
El juego es una variante del Memory, y ya aquel estaba bien, pero este es la mar de mono. Me hubiese gustado tenerlo cuando por casa correteaba un niño. El único problema es el embalaje. Viene en tres fundas de plástico delgado, tan embutidas las cartas en esas fundas que para rasgarlas hay que bregar con tijeras. No es nada que no se haya dicho mil veces sobre los envoltorios de los CD y los DVD.... Pues hay lugares donde ya se están poniendo las pilas. Hará un par de semanas leí en The New York Times un reportaje sobre las iniciativas que están tomando en aquel lado del Atlántico para solucionar el problema. No puede ser, decían, que la gente se pase todo el día de Navidad arrancando los envoltorios de los regalos, armados con tijeras, cuchillos, cúteres e incluso sierras.
Uno de los impulsores de la iniciativa es el fundador de Amazon.com, que tiene cuatro hijos y está harto de ese peaje absurdo. Los envoltorios dificilísimos de abrir empezaron cuando, hará diez años, se vio la necesidad de que los productos estuviesen en los estantes a la vista de los clientes, no escondidos en cajas opacas, pero protegidos contra roturas y los cleptómanos. Por eso inventaron esas protecciones. Pero la gente ya está harta. En aquel país cada año van a urgencias seis mil personas por accidentes producidos al intentar abrir un envoltorio.**
A la iniciativa de Amazon.com se han apuntado Sony, Mattel (con su filial Fisher-Price), Microsoft... Una organización de consumidores concede incluso unos premios anuales a los envoltorios más idiotas. El año pasado hubo dos ganadores: el cepillo eléctrico Oral-B y las muñecas Bratz Sisterz. A un adulto le costó ocho minutos y medio sacar a esas muñecas (van en pareja) de su cápsula de plástico. Ocho minutos y medio que, por ejemplo, podría haber dedicado jugar con sus hijos a Sardines, cuyas fundas de plástico delgado, ahora que recapacito, ya no me parecen tan terribles, al menos comparadas con esas atrocidades."
Quim Monzó
Magazine,
La Vanguardia, 07/12/08
** La negreta és meva
quan jo era peque i fèiem el carnaval al cole, la meva àvia ens feia una faldilleta la mar de mona per a la sardina que enterràvem. :-)
ResponEliminala família k no té aquests problemes a l'hora d'obrir regals, oi?
BON DIA A CAN CIUTADÀ!
senyor k, que treballa?
ResponEliminaBON DIA A CAN CIUTADÀÀÀÀ!
ciutadà!!! where are you? continua d'excedència?
ResponEliminaAi, xicotes... 'vivo sin vivir en mí'....
ResponEliminaAhir vaig fer un curs a la Tarraco Imperial de Gladiadors... ai, de Negociació i no vaig estar a l'Office en tot el dia... que em vau anyorar????
:)
Bon dia !!!
Ui, veig que heu actualitzat... ara vindré a ca vostra...
molt, l'hem enyorat!
ResponEliminaBON DIA A CAN CIUTADÀ!!!