GUERRERO ALVAREZ

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Oh, ens hem de felicitar! El sr. Javier Álvarez, un dels cantautors més 'curiosos' de la península, que va començar com a cantautor compromés, que intentaren que fos ídol de teenagers, que sortí de l'armari, que s'ha atrevit a fer una versió de la mítica serie Orzowei o de l'himne dels legionarios (amb Ana Belén)... aquell que esperem els seus treballs amb candeletes per les seves lletres interessants i música innovadora. El sr. Álvarez ja té un estil i un so propi.... ara s'ha unit amb un veterà cantautor -Pablo Guerrero, per a Javier Álvarez: "el Leonard Cohen espanyol"- per a oferir-nos un bon treball... aquí teniu els que ens explica la crítica... i al final una canço preciosa... ENS AGRADA JAVIER ALVAREZ!!!

Diálogo Intergeneracional

Les separa más de una generación con facilidad pero a resultas de escuchar esta inesperada obra no cabe duda de que son bastante más las cosas que les unen. Se han sacado de la manga un hermoso disco en comandita, a mitades. El veterano cantautor extremeño, trovador que ha vivido numerosos períodos de ostracismo, aporta la totalidad de las letras que dan textualidad a los once tema del álbum.

Producido por Sergio Molina no hay duda de que Guerrero Álvarez es un disco básicamente de este último, ya que las sonoridades son suyas de nuevo cuño, así como la intencionalidad del sonido y el enfoque melódico de la obra en sí. Se trata, por desgracia, de una iniciativa muy extraña por estat latitudes, y desde esta persectiva hay que convenir que el álbum es tan valiente como rupturista pero, principalmente, ilustrativo de que joint ventures musicales aparentemente antitéticas pueden devenir piezas magníficas.

La obra se podría dividir en dos mitades, en donde la primera de ellas estaría monopolizada por las sonoridades, sutiles y difusas, que han caracterizado las últimas producciones de Álvarez, con una electrónica en su clarificador segundo plano, con una instrumentación no ya mínima sino casi minimal y con una voz, la suya, que ha adquirido desde hace escasos años una dimensión estética mucho más evidente. En la segunda mitad del volumen se vislumbra más la presencia del Leonard Cohen español (en opinión de Álvarez) y los trajes parecen cortados más acorde con su talla.

Esteban Linés

La Vanguardia, 02/08/09
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