Mari empieza a hablar:
- Cuando iba al parvulario, un día Eri y yo nos quedamos atrapadas dentro del ascensor de casa. Creo que fue por culpa de un terremoto. A medio camino, el ascensor sufrió una fuerte sacudida y se detuvo. Al mismo tiempo, se apagaron las luces y nos quedamos completamente a oscuras. Del todo. En serio. Ni siquiera podía verma la mano. En el ascensor no había nadie más. Estábamos solas. A causa del pánico, yo me quedé paralizada. Como si me hubiera convertido en un fósil vivo. No podía mover un solo dedo. Me costaba respirar, no podía emitir ningún sonido. Eri me llamaba, pero yo me sentía incapaza de responderle. Era como si el interior de mi cabeza se hubiese quedado embotado. Y la voz de Eri parecía que me estuviese llegando a través de una rendija...
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Mari cierra los ojos durante unos instantes, revive la negrura de las tinieblas dentro de su cabeza.
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Mari cierra los ojos durante unos instantes, revive la negrura de las tinieblas dentro de su cabeza.
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- No recuerdo cuánto tiempo duró la oscuridad -prosigue-. A mí me pareció terriblemente largo, pero es posible que no lo fuera tanto. Pero ya fueran cinco o veinte minutos, la duración del tiempo en sí misma no cuenta. Lo que importa es que Eri me estuvo abrazando todo el rato en medio de la oscuridad. Además, el suyo no era un abrazao normal. Era tan estrecho, tan fuerte, que parecía que nos fuésemos a fundir las dos en un solo cuerpo. Ella no aflojó la presión en ningún momento. Como si pensara que, en cuanto no separáramos, ya no podríamos volver a reencontrarnos jamás en este mundo.
Haruki Murakami (2004)
After Dark
After Dark
que bunic... :)
ResponEliminaencara m'hi he de posar, amb el murakami. i cada vegada en tinc més ganes!
(parlen d'un terratrèmol com si caiguessin quatre gotes, la cosa més habitual del món... que fort.)
que bonic!!!!!Ara ens hauriem d'abraçar col.lectivament!!!!
ResponElimina...sí! sí! abracem-nos, abracem-nos... com els teletubbies... :O
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