dilluns, 29 de juny del 2015

EN BICICLETA


La Manifestación Ciclonudista Mundial es una actividad que lleva a cabo en diversas ciudades. No es obligatorio ir en pelota picada y muchos mantienen sus slips y sus bragas, aunque la mayoría prefiere ir sin nada. La primera se celebró hace once años, en el 2004, si no me equivoco en Zaragoza. Actividades similares se celebraban ya en medio mundo -en España, organizadas por Manifestación Ciclonudista- , pero la mundial institucionalizó la tendencia y, por la gran cantidad de personas que participan en ella, dio máxima difusión a la costumbre de pedalear desnudo. Según sus organizadores, hacerlo en cueros  es una forma de protesta contra la dependencia del petróleo y una reivindicación del poder del cuerpo humano. Vale.

Ahora se ha celebrado en Inglaterra, en Cambridge, una de estas ciclonudistas. El Daily Mirror explica que, justo cuando estaban a punto de iniciar su recorrido alrededor de Canterbury y las calles de la ciudad, se dieron cuenta de que uno de los ciclistas estaba empalmado. Un testigo de los hechos explica: "Estábamos desnudándonos para ponernos a punto. Oí jadeos y me giré: ¡una visión horrible! Era evidente que el hombre se había sobrexcitado, como si disfrutase de la actividad más de lo debido. Uno de los organizadores se le acercó y, mientras hablaba con la policía por walkie-talkie, que li dijo que se pusiese los pantalones. Cuando la policía le interrogó, el hombre parceía avergonzado".

¿A los organizadores no se les ocurre que eso puede pasar? Pasa a menudo en la vida cotidiana, pero, como vamos vestidos, la protuberancia puede disimularse con facilidad. Si vas desnudo, no, porque salta a la vista. En la mujer no tanto, aunque hay un texto precioso de Julio Cortázar, Ciclismo en Grignan, en el que describe como, de forma casi insconsciente, una chica  en bicicleta frota su entrepierna contra el sillín. Probablemente en lo de Cambridge había mujeres tan excitadas como el pájaro en cuestión, pero nadies les dijo nada porque su erección no es tan evidente, a no ser que te acerques mucho. ¿No es eso discriminatorio? Ellas se pueden excitar sin que se las reprendan y ellos no. Pasa lo mismo en las playas nudistas. De joven me horrorizaba ir a una playa de esas, porque en aquella época me ponía caliente con suma facilidad e imaginaba que tendría que pasar todo el rato boca abajo, con la erección clavada en la arena. Por eso nunca fui a ninguna.

Quim Monzó, a Seré Breve del Magazine 
de La Vanguardia del 28/06/15

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