dilluns, 4 de desembre del 2017

KID TARAO


Resultat d'imatges de tatuajes de deporteQue los tatuajes empeoran el rendimiento de los futbolistas es noticia sorprendente porque hoy en día es difícil encontrar uno que no lleve. Le inmensa mayoría, sean buenos, malos o mediocres, lucen brazos y piernas más pintarrajaeadas que la Capilla Sixtina. Según los fisiólogos, esos tatuajes les son nefastos. Porque la tinta se sitúa bajo su piel, altera el sistema de refrigeración natural del cuerpo y hacen que suden menos y pierdan más sodio, y eso es malo. Pero bueno, no hau día en el que no aparezca un nuevo estudio 'científica', y cualquier día de estos saldrá otro que afirme lo contrario.

Soy de la opinión que el deporte profesional no es bueno para la salud. Basta ver la gran cantidad de futbolistas y baloncestistas a los que, antes de llegar a la vejez, se les descuajaringan las articulaciones. También la cabeza. El exfutbolista Alan Shearer ha hecho público ahora su caso. Con dieciocho años de carrera profesional, máximo goleador de la historia de la Premier League e internacional con la selección de Inglaterra, Shearer sospecha que sufre un tipo de demencia. Muchos de sus goles los marcó con la cabeza. Calcula que por cada uno de sus goles, en los entrenamientos practicó mil. A sus cuarenta y siete años tiene la memoria débil: "Cuando te dedicas al fútbol como profesional sabes que, más tarde en la vida, tendrás problemas en las rodillas, los tobillos o la espalda; ya los tengo. Pero nunca pensé que jugar a fútbol pudiese estar también relacionado con el daño cerebral". Propugna que se estudien los muchos otros casos conocidos e investigar qué pasa.

Que el boxeo afecta a la cabeza de los que se dedican a él es más sabido. Lo llaman demencia pugilística, una variante de la encefalopatia traumática crónica. Tantos golpes en la cabeza no son buenos. Muhammad Ali, Mike Tyson, Poli Díaz, Perico Fernández... Los viejos recordamos a Kid Tarao, el personaje de Tony Leblanc que se hizo popular en la TVE de los sesenta: "Del gimnasio a la Casa de Campo, de la Casa de Campo al gimnasio..." y "¿Dónde está el Moreno?Como lo coja, ¡lo mato!". De joven, Leblanc fue boxeador profesional, y por eso sabía impostar a la perfección la forma de hablar dislocada con la que retrataba a su personaje y que justificaba el apellido de Tarao con el que lo había bautizado. Si incluso el último videojuego con el boxeo como protagonista es de 1990, no es difícil concluir que para los jóvenes todo eso es puro pleistoceno. Sic transit gloria mundi.

Quim Monzó a Seré Breve del Magazine 
de La Vanguardia del 03/12/17

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