Los peces y los árboles se parecen.
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Se parecen en los anillos. Si hiciéramos un corte horizontal a un árbol veríamos sus anillos en el tronco. Un anillo por cada año transcurrido, es así como se sabe la edad del árbol. Los peces también tienen anillos pero en las escamas. Y al igual que sucede con los árboles, gracias a ellos sabemos cuántos años tiene el animal.
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Los peces nunca dejan de crecer. Nosotros sí, nosotros menguamos a partir de la madurez. Nuestor crecimiento se detiene, y los huesos comienzan a juntarse. El cuerpo se encoge. Los peces, sin embargo, crecen hasta que se mueren. Más rápido cuando son jóvenes y, a partir de cierta edad, más lentamente, pero no dejan nunca de hacerlo. Y por eso tienen anillos en las escamas.
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El anillo de los peces lo crea el invierno. El invierno es el tiempo durante el cual el pez come menos, y el hambre deja una marca oscura en sus escamas porque su crecimiento es menor en esta época. Al contrario que en verano. Cuando los peces no pasan hambre, no queda ningún rastro en sus escamas.
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El anillo de los peces es microscópico, no se ve a primera vista, pero ahí está. Como si fuera una herida. Una herida que no ha cerrado bien.
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Y como los anillos de los peces, los momentos más difíciles van marcando nuestras vidas hasta convertirse en la medida de nuestro tiempo. Los días felices, al contrario, pasan deprisa, demasiado deprisa, y enseguida se desvanecen.
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Lo que para los peces es el invierno, para las personas es la pérdida. La pérdidas delimitan nuestro tiempo; el final de una relación, la muerte de un ser querido.
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Cada pérdida es un anillo oscuro en nuestro interior.
·Kirmen Uribe (2008:11-12)
Bilbao-New York-Bilbao
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4 comentaris:
Bueno si, i si jo em poso a relacionar coses tb ho puc fer, eh???
jajajajEstic una mica critica estos dies!!
je,je,je,je esta sí que es bona! segur que si s'hi posa ho pot fer!
:D
definitivament, em compraré el llibre del kirmen.
ai, sí, Polita, faci-ho, faci-ho... a veure a vosté què li sembla.... ;)
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