Esta extraña palabra seguramente suscita una imagen distinat en cada persona que la lea u oiga; entre otras cosas, por razones de edad. Habrá quien piense en Eddie Vedder, el cantante de Pearl Jam, o la fotógrafa madrileña Ouka Lele, el freaky de los 60 Tiny Tim o tal vez el mismísimo Elvis Presley de Blue Hawai. Entre la gente de mediana edad para arriba, resulta ineludiblela escena de Marilyn Monroe tocando este instrumento en Con faldas y a lo loco; aunque, bien mirado, acaso son más poderosas las del exotismo de Ava Gardner, Betty Grable o Gene Tierney en las películas rodadas en los mares del Sur. Por no hablar de Marlon Brando rodeado de hermosas muchachas polinesias en Rebelión a bordo. Será porque el ukelele es, precisamente, un instrumento musical de las islas del Pacífico. Bueno, casi.
Uke (pulga) y lele (saltarina) es el nombre con el que bautizaron los lugareños el cavaquinho -instrumento que llevaron unos inmigrantes portugueses a Hawai, allá por 1880-, por la manera que tenían de puntear las cuerdas. Con las debidas modificaciones, los hawaianoslo hicieron suyo, y su popularidad no tardó en extenderse a Tahití y la isla de Pascua.
En la actualidad, el ukelele forma parte de la música popular de cualquier rincón del Pacífico, desde Japón pasando por Nueva Zelanda (tierra de grandes luthiers). Bajo otros nombres o formas, también triunfa en el Caribe y Brasil. Hasta Warren Buffet puntea la pulga saltarina.
John W. Wilkinson
A Globish del Magazine de La Vanguardia
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