En Seguir con el problema (Consonni), libro que no deja de influir en todos los tentáculos de la cultura de estos años, la filósofa y ensayista Donna Haraway propone la metáfora dde la figura de cuerdas para trenzar un discurso entre el feminismo, la ecología y la ciencia ficción: "son como historias, proponen y ponen en práctica patrones para que quienes participen habiten, de alguna manera, una tierra herida y vulnerable". Las once canciones del segundo disco de Maria Arnal y Marcel Bagés -con la complicidad del productor David Soler- se pueden leer como una figura de cuerdas y como una novela: historias de diálogo y solidaridad ante un horizonte de extinción.
Clamor (Fina Estampa, 2021) tiene una ambición literalmente cósmica. En Meteorit ferit, el yo lírico se convierte en un meteorito que cae desde el cielo dejando una estela de luz. La canción El gran silencio habla de un radiotelescopio; y en muchas otras encontramos planetas, firmamentos, años luz. Lo enorme dialoga con lo minúsculo, lo universal con lo íntimo, el futuro con lo remoto, la inteligencia artificial con la biofonías, los amores interespecies con el erotismo clásico, lo universal con lo ultralocal, mientras las campanas llaman a muertos (uno de los sentidos de la palabra clamor).
La clave posible para interpretar el conjunto la encontramos en Tras de ti: "Yo le cantaré a este final / Sin melancolía / Porque en cada átomo / Temblará una utopía".
Entre los títulos de crédito sorprendre el de la dirección artística: José Luis de Vicente. Le pregunto a Maria Arnal, en la terraza de un café del barrio del Raval de Barcelona, por qué lo llamó: "Me encontraba en un momento de transición, entre mi primer disco y el siguiente proyecto, buscando nuevas letras y nuevas músicas, e influida por mi amigo Paco, El Niño de Elche, cuyo trabajo con el artista Pedro G. Romeo me parece muy interesante, tras ver la exposición Después del fin del mundo en el CCCB, decidí contactar con su comisario, José Luis".
Eso causó un intenso diálogo intelectual entre ella y el investigador cultural y responsable del Sònar+D: "Empezamos construyendo un imaginario de referencias comunes, a través de Whatsapp, María partía de su experiencia personal, de una separación, de la idea de limbo y de la voluntad de abordar la crisis climática, yo le daba distancia, perspectiva, para que buscáramos juntos lo universal". Añade ella:"Tú lo das todo, tienes que confiar en la persona con quien estás construyendo algo". A través de lecturas comunes, de Lynn Margullis a Patti Smith, de Ursula K. Le Guin a Paul B. Preciado, de Ted Chiang a Timothy Morton -cuya voz aparece en uno de los temas-, encontraron juntos una potente narrativa.
Si 45 cerebros y 1 corazón (Fina Estampa, 2017), un disco que habla dde la memoria, la desmemoria y las fosas de Franco, puede ser leído como una suerte de documental, Clamor -en cambio- es un álbum de ficción especulativa. En él Arnal y Bagés son el eje de rotación de un sistema de complicidades y colaboraciones. A los autores ya mencionados se añaden Kronos Quartet, que en Jaque participa en la adaptación de un poema de Haraway traducido por Helen Torres; o Holly Herndon, que interviene en la adaptación, a través de grabaciones biológicas e inteligencia artificial, del canto litúrgico Cant de la sibil·la.
La pareja de Arnal vive en Atenas y fue alí donde ella pasó el confinamiento y escribió, precisamente, Meteorit y Jaque: "el resto de las canciones ya estaban escritas". Esa vivencia entre dos países, entre dos mundos, en plena pandemia, acentuó la naturaleza global de Clamor y también su interés en investigar nuestra condición vulnerable, nuestra necesidad de empatía y de cuidados. Dice De Vicente: "La ambición era internacional, el proyecto se había nutrido de referentes internacionales, de modo que nos preguntamos: ¿Por qué no intentamos incorporarlos?". Y lo consiguieron.
El videoclip de Fiera de mí, creado por el artista Joan Galo e inspirado en la película Freaks, añade la mujer barbuda y lo queer al imaginario de Clamor. Le pregunto a Arnal cuál es su relación con el feminismo: "Muy rica y apasionada, estoy muy agradecida de vivir en este momento, me ha ayudado a valorar a esas compañeras que me inspiran Sílvia Pérez Cruz, Rosalía, Joana Gomila, Cristina Rosenvinge, aunque nuestros intereses y nuestros resultados sean distintos".
El disco de vinilo o el CD, la lista de reproducción digital o la interpretación en directo son solo tres de las dimensiones de un discurso que va más allá de las letras de las canciones y de la música de capas múltiples. Los textos que han escrito De Vicente y Arnal, que explican conceptualmente cada una de las composiciones, no se han hecho públicos -a excepción de uno, que aparece a modo de prólogo impreso en el vinilo-, pero van a ir apareciendo en diversos formatos, como el programa de mano o la conferencia performativa. Y no me sorprendería que lleguen otras mutaciones. O cuerdas.
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