dilluns, 10 de desembre del 2018

CABEZA DE ARLEQUIN


Resultat d'imatges de cabeza de alerquin picassoEs una historia que me trae de cabeza desde hace años. Una madrugada de octubre de 2012, unos ladrones entraron en el museo Kunsthal de Róterdam por una puerta trasera y se llevaron siete cuadros: uno de Picasso, dos de Monet, uno de Matisse, uno de Gauguin, uno de De Haan y otro de Lucian Freud. No tardaron ni dos minutos. Cuando la policía llegó -menos de cinco minutos después-lo único que encontró fue el fragor ensordecedor de las alarmas y las paredes vacías. Fue un robo de artes espectacular. En una subasta, el valor de las telas se elevaría a centenares de millones de euros.

Las sospechas se centraron en tres rumanos, uno de los cuales es Radu Dogaru, al que la policía rumana arrestó poco después. Su madre confesó que, cuando supo que habían detenido a su hijo, tuvo miedo y enterró los cuadros en el cementerio de su pueblo. En febrero, cuando la policía empezó a rastrear ese pueblo en busca de los cuadros, los desenterró y los quemó en la estufa de su casa. Tras su confesión, la policía fue a la estufa, recogió las cenizas y las llevó al Museo Nacional de Historia, en Bucarest, para que las analizasen.

Durante años, ninguna noticia más. Hasta que hace un par de meses la prensa pública que han descubierto uno de los cuadros en cuestión: Cabeza de arlequín de Picasso. En Rumanía. Diversas instituciones e incluso la embajada holandesa en Bucarest recibieron cartas anónimas indicándoles el sitio exacto donde lo encontrarían. Lo encontraron, lo enseñaron al conservador de la colección de arte de la que formaba parte antes del robo y ese emitió su veredicto: "Conozco bien este trabajo de Picasso. Lo he tenido delante más a menudo que los ladrones, y tengo serias dudas sobre la autenticidad de esta pintura. Creo que es una falsificación. Muy buena, por cierto".

Ahora se ha sabido que las cartas las enviaron dos belgas y que se trata de una broma para promocionar una obra teatral titulada Copia auténtica, que ya se ha estrenado en Bélgica y que se interroga sobre la autenticidad y la falsedad en el mundo del arte: "¿Qué valor tiene la verdad?¿No es más interesante estar de acuerdo con una mentira diseñada de forma brillante?". Con la de cuadros falsos que hay en los museos del mundo, no sé por qué no cogen ese y lo cuelgan en el Kunsthal de Róterdam, en la pared donde estaba el original. Luego, ya puestos, que encarguen falsificaciones del resto y todos contentos.

Quim Monzó a Seré Breve del Magazine 
de La Vanguardia del 09/12/18