dilluns, 28 de desembre del 2020

Y TODOS LOS QUE MURIERON

 

Y todos los que murieron los cinco millones o los siete millones o los diez millones que fueron y murieron para hacer el mundo más seguro en nombre de la democracia para hacer el mundo más seguro en nombre de palabras sin sentido ¿cómo se sentían al respecto poso antes de morir? ¿Cómo se sentían al ver su sangre derramándose sobre el barro? ¿Cómo se sentían cuando el gas golpeó sus pulmones y empezó a devorarlos? ¿Cómo se sentían mientras yacían enloquecidos en los hospitales y miraban a la muerte directamente a la cara  y la veían venir a por ellos? Si aquello por lo que luchaban era lo bastante importante como para morir entonces también sería lo bastante importante como para pensar en ello en los últimos momentos de sus vidas. Eso es razonable. La vida es terriblemente importante así que si la entregas deberías pensar con toda tu alma en los últimos momentos de tu vida acerca de aquello por la cual la entregas. ¿Así que todos esos tipos murieron pensando en la democracia y en la libertad y en el honor y en la seguridad de la patria y en las barras y estrellas?.

Puedes apostar a que no lo hicieron.

Murieron chillando como niños pequeños. Olvidaron aquello por lo que luchaban aquello por lo que morían. Pensaron en cosas que un hombre puede entender. Murieron deseando ver el rostro de un amigo. Murieron gimiendo por escuchar la voz de una madre de un padre de una esposa de un hijo. Murieron con el corazón enfermo del ansia de ver una vez más el lugar en el que nacieron por favor Dios mío solo una vez más. Murieron lamentándose y suspirando por la vida. Sabían lo que era importante. Sabían que la vida lo era todo y murieron gritando y llorando. Murieron con un único pensamiento en la mente y ese pensamiento era quiero vivir quiero vivir quiero vivir. 

Él tenía que saberlo. 

Era lo más parecido a un muerto que había en el mundo. 

Era un muerto con una mente que aún podía pensar. Conocía todas las respuestas que conocían los muertos pero en las que estos no podían pensar. Podía hablar en nombre de los muertos porque era uno de ellos. Era el primero de todos los soldados que habían muerto desde el principio de los tiempos que aún conservaba un cerebro para pensar. Nadie podía discutírselo. Nadie podía rebatírselo. Porque nadie lo sabía mejor que él.

Podía decirles a todos esos charlatanes asesinos hijos de puta que clamaban por sangre lo equivocados que estaban. Podría decirles señores no hay nada por lo que valga la pena morir y yo lo sé porque estoy muerto. Ninguna palabra vale una vida. Preferiría trabajar en una mina de carbón bajo tierra y no ver nunca la luz del sol y comer pan y agua y trabajar veinte horas al día. Preferiría esto antes que estar muerto. Cambiaría la democracia por la vida. Cambiaría la independencia y el honor y la libertad y la decencia por la vida. Yo os daría todas esas cosas a cambio de poder caminar y ver y oír y respirar el aire y probar mi comida. Llevaos las palabras. Devolvedme mi vida. Ya no pido una vida feliz. Ya no pido una vida decente o una vida honorable o una vida libre. Estoy por encima de todo eso. Estoy muerto así que simplemente pido la vida. Vivir. Sentir. Ser algo que se mueve sobre el suelo y no está muerto. Sé lo que es la muerte y todos los que habláis de morir por palabras ni siquiera sabéis lo que es la vida.

No hay nada noble en morir. Ni siquiera cuando mueres por honor. Ni siquiera cuando te conviertes en el mayor héroe que haya contemplado el mundo. Ni siquiera cuando eres tan grande que tu nombre nunca será olvidado ¿y quién es así de grande? Lo más importante es vuestra vida muchachos. Muertos no valéis más que para discursos. No dejéis que os engañen nunca más. No hagáis caso cuando os den una palmadita en el hombro y os digan vamos tenemos que luchar por la libertad o la palabra que sea siempre hay una palabra. 

Simplemente decid amigo lo siento no tengo tiempo para morir estoy demasiado ocupado y luego da media vuelta y sal corriendo como un demonio. Si gritan cobarde bueno no prestes la menor atención porque tu tarea es vivir no morir. Si te hablan de morir por principios que son más grandes que la vida di amigo es usted un embustero. Nada es más grande que la vida. No hay nada noble en la muerte. ¿Qué tiene de noble caer al suelo y pudrirte? ¿Qué tiene de noble no volver a ver la luz del sol nunca más? ¿Qué tiene de noble que te arranquen los brazos y las piernas? ¿Qué tiene de noble volverse idiota? ¿Qué tiene de noble quedarse ciego y sordo y mudo? ¿Qué tiene de noble estar muerto? Porque cuando estás muerto amigo se ha acabado todo. Es el fin. Eres menos que un perro menos que una rata menos que una abeja o que una hormiga menos que un pequeño gusano blanco arrastrándose por el estiércol. Estás muerto amigo y has muerto por nada. 

Estás muerto amigo.

Dalton Trumbo (1939:116-118). 

Johnny cogió su fusil