El sr. Benjamin Sainte-Clémentine, conegut artísticament com a Benjamin Clementine, és un dels darrers músics que m'han colpejat l'ànima i avui el podré gaudir en directe a la Razzmatazz.
El sr. Clementine va nèixer a Londres, era el petit de 5 germans, va ser criat per la seva àvia però quan tenia 11 anys aquesta es va morir i va anar a viure amb els pares. La seva relació amb els pares va ser complicada des de ben aviat. De petit va passar moooltes estones en biblioteques el fascinava William Blake o filòsofs com Kant o Locke. Les biblioteques eren el seu refugi davant la manca d'incomprensió per part dels seus companys/es de classe... no encaixava en el sistema educatiu.
Als 19 anys va marxar a París sent adolescent i va viure pels carrers uns anys. Era una autèntic sense sostre. Allà va contactar amb músics i va començar a compondre i tocar, una discogràfica el va fitxar i va tornar a Londres per a debutar l'any 2013 en el programa Later... with Jools Holland a la BBC.
L'any 2015, The Guardian el va afegir a la llista d'honor d''herois celebres', el The New York Times, fou un dels 28 genis del món de la cultura de 2016, altres mitjans l'han reconegut com una de les personalitats més influents en Gran Bretanya... i només té 27 anys.
Cançons que canten a una actitud rebel i romàntica, melancòlica i incisiva, dramàtica i innovadora. Se'l compara amb David Bowie, Radiohead o Anohni. És curiós que el relacionin amb Anohni perquè mr. Clementine ha despertat en mi la mateixa immensa fascinació que va provoca en mi l'amic Anohni i el mateix mr. Clementine ha dit que als 14 anys va escoltar el 'Hope there's someone' d'Antony and the Johnsons i va quedar impactat... segur que ben aviat hi haurà una col·laboració a la vista entre ells. A escena es presenta sense samarreta i descalç, vestit completament de negre o gris fosc amb una llarga gabardina de llana. Irradia una elegància suprema, felina. El seu estil és d'una personalitat inabarcable: jazz, folk, pop de càmara, glam-rock... Ell manifesta tenir com a cantants preferits a Jacques Brel, Edith Piaf i Léo Ferré, per tant, les lletres en les seves peces musicals tenen un pes molt rellevant.
L'àlbum debut At Least for Now va guanyar el Premi Mercury 2015. L'any passat va editar el seu segon treball I Tell a Fly (2017), un treball inspirat per la idea d'un alien/estramger amb habilitats extraordinaris... pensar en un 'alter ego' del sr. Clementine és inevitable.
Doncs, sí, amics i amigues, aquest vespre a la Sala Razzmatazz gaudirem immensament del sr. Benjamin Clementine. Ganes es poc!
Después de ganar el Mercury Prize por su sorprendente debut At least now (2015), Benjamin Clementine presenta al Guitar BCN su esperado segundo larga duración I tell a fly (2017), un trabajo inspirado por la idea de un alien/extranjero de habilidades extraordinarias que sería él mismo. De hecho, el cantante y pianista británico es una personalidad única de la música actual y, a pesar de comparaciones con artistas tan dispares como David Bowie, Radiohead y Antony, sus canciones, emotivas y teatrales, son una auténtica rareza y no admiten etiquetas. La música de Clementine, antes introspectiva y ahora más expansiva, ha explosionado en múltiples direcciones y de momento sus capacidades, como sus magnéticos directos, parecen no tener límite.
IMPORTANTE: Los menores de 16 años sólo podrán acceder al recinto acompañados de su padre, madre o tutor legal. Imprescindible presentar la Hoja de responsabilidad (ver documentos adjuntos) debidamente impresa y cumplimentada.
.“Puedes vivir sin casi nada. Y puedes tener fe, aunque no tengas nada. Al final siempre habrá un mañana. No es algo que le desee a nadie, pero es una de las razones por las que mi música es como es”
Por mucho que le disguste que solo le pregunten sobre ello, Clementine admite la importancia de esa experiencia, la de vivir en la calle, en su música y, sobre todo, su forma de cantar, en la que aún resuena la desesperación de aquellos días. “Esa clase de vida formó mi espíritu”, explica. “Es algo que ha influido en mi forma de ver la vida y el mundo. ¿Sabes? Puedes vivir sin casi nada. Y puedes tener fe, aunque no tengas nada. Al final siempre habrá un mañana. No es algo que le desee a nadie, pero es una de las razones por las que mi música es como es”.
Durante un tiempo, Clementine cantó versiones a cambio de alguna moneda suelta en la estación de metro de Place de Clichy. “Era una forma de ganarse la vida. Yo solo quería un mañana. Si no haces nada, empiezas a pensar en la muerte como una opción”. Fue en el metro donde lo descubrió un amigo de Matthieu Gazier, cofundador del sello Behind, primer mánager de Clementine.
Con buen olfato, Gazier no dejó escapar a un artista del que se ha llegado a decir que es una versión masculina de Nina Simone, suma sacerdotisa del soul. Pero en su debut largo –“At Least For Now” (Behind-Barclay-Universal, 2015)– también hay un alto componente de clásica, la clásica que pudo aprender a solas, como Satie, a base de la escucha infinita de Classic FM. Suele actuar, descalzo, armado de un piano de cola. También están el jazz, el folk... “Al final es todo emoción. Para mí, lo mejor es ser abierto de mente. Si la música viene de un buen lugar, la gente la abraza”.
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Llamando a las puertas de Londres desde el cielo de París con la voz de esta especie de Nina Simone resucitada en hombre: Benjamin Clementine, dirigido por Colin Solal Cardo, en el vídeo de “London”.
Para él todo o casi todo es el directo. ¿Qué aprende cuando está en contacto con el público? “Para mí, la música es una forma de tener esperanza, de tener buenos sentimientos sobre uno mismo. Y soy consciente de cuánto necesita eso la gente. El amor y la confianza son las cosas más importantes. Solo estoy haciendo esto porque la gente debe tener esperanza”. Clementine puede, a veces, no contestar exactamente lo que le pregunto. Y otras veces tengo la sensación de que preferiría estar en cualquier otro lado antes que pegado al teléfono, hablando conmigo. Pero sus respuestas vienen de un buen lugar, así que las abrazo.
“Para mí, la música es una forma de tener esperanza, de tener buenos sentimientos sobre uno mismo. Y soy consciente de cuánto necesita eso la gente. El amor y la confianza son las cosas más importantes. Solo estoy haciendo esto porque la gente debe tener esperanza”
Entre sus influencias no figura, según cuenta, la música africana, aunque sus padres sean de ascendencia ghanesa. “Son británicos, al fin y al cabo; igual que mi abuela. No es que pusieran música africana en casa. De hecho, yo descubrí a Fela Kuti en París”. Sus padres no estaban entusiasmados con la idea de Clementine de dedicarse a la música: “Querían que fuese abogado y que me ganase la vida como una persona normal”. Estudió Derecho durante un año antes de dejar el hogar. “Pero prefiero no hablar de todo eso”.
El cantautor no quiere exhibir su historia personal y que esta, como decíamos, se imponga a la música, pero las letras del disco son muy autobiográficas. “Totalmente”, me confirma. Ya solo en muchos títulos hay referencias directas a lugares que han marcado su lucha vital: “Edmonton” en el EP “Glorious You” (Behind, 2014); “London” y “St-Clementine-On-Tea-And-Croissants” en el álbum... Dice en la ya emblemática “Cornerstone”: “Estoy solo, solo en una caja de piedra / Decían que me querían, pero todos mentían / Estoy solo, solo en una caja mía / Y este es el lugar al que ahora pertenezco”.
Él quita algo de peso a esos versos, aunque parezcan bastante transparentes. “Juego con las palabras. Me encanta la literatura”, dice Clementine, quien asegura sentirse más cerca de la música francesa que de la inglesa por “su atención al detalle en las letras”. Dos favoritos: Jacques Brel y Léo Ferré. Del segundo puede haber heredado el interés por el spoken word: a veces, difumina las melodías para dar rienda suelta a las palabras.
Clementine estará este verano en el Vida Festival de Vilanova i la Geltrú –ya se le pudo ver el año pasado en La Mar de Músicas de Cartagena– para contar, a través de la música, por supuesto, su historia. Que solo acaba de empezar. Él quiere llegar lejos y quiere hacerlo para salvarnos. “Es todo por el ser humano”, afirma. “Estoy muy emocionado. Tengo canciones, tengo ideas. Quiero sonar más rock. Quiero ser sincero. Y no quedarme en un solo género. Tampoco insistir con mi historia, porque todo el mundo tiene la suya”.
Canta en “The People And I”: “Y escribo para la gente y yo / Hablo para la gente y yo”. No quiere dejarnos solos en el viaje.
Después de ganar el Mercury Prize por su sorprendente debut At least now (2015), Benjamin Clementine presenta al Guitar BCN su esperado segundo larga duración I tell a fly (2017), un trabajo inspirado por la idea de un alien/extranjero de habilidades extraordinarias que sería él mismo. De hecho, el cantante y pianista británico es una personalidad única de la música actual y, a pesar de comparaciones con artistas tan dispares como David Bowie, Radiohead y Antony, sus canciones, emotivas y teatrales, son una auténtica rareza y no admiten etiquetas. La música de Clementine, antes introspectiva y ahora más expansiva, ha explosionado en múltiples direcciones y de momento sus capacidades, como sus magnéticos directos, parecen no tener límite.
IMPORTANTE: Los menores de 16 años sólo podrán acceder al recinto acompañados de su padre, madre o tutor legal. Imprescindible presentar la Hoja de responsabilidad (ver documentos adjuntos) debidamente impresa y cumplimentada.
.“Puedes vivir sin casi nada. Y puedes tener fe, aunque no tengas nada. Al final siempre habrá un mañana. No es algo que le desee a nadie, pero es una de las razones por las que mi música es como es”
Por mucho que le disguste que solo le pregunten sobre ello, Clementine admite la importancia de esa experiencia, la de vivir en la calle, en su música y, sobre todo, su forma de cantar, en la que aún resuena la desesperación de aquellos días. “Esa clase de vida formó mi espíritu”, explica. “Es algo que ha influido en mi forma de ver la vida y el mundo. ¿Sabes? Puedes vivir sin casi nada. Y puedes tener fe, aunque no tengas nada. Al final siempre habrá un mañana. No es algo que le desee a nadie, pero es una de las razones por las que mi música es como es”.
Durante un tiempo, Clementine cantó versiones a cambio de alguna moneda suelta en la estación de metro de Place de Clichy. “Era una forma de ganarse la vida. Yo solo quería un mañana. Si no haces nada, empiezas a pensar en la muerte como una opción”. Fue en el metro donde lo descubrió un amigo de Matthieu Gazier, cofundador del sello Behind, primer mánager de Clementine.
Con buen olfato, Gazier no dejó escapar a un artista del que se ha llegado a decir que es una versión masculina de Nina Simone, suma sacerdotisa del soul. Pero en su debut largo –“At Least For Now” (Behind-Barclay-Universal, 2015)– también hay un alto componente de clásica, la clásica que pudo aprender a solas, como Satie, a base de la escucha infinita de Classic FM. Suele actuar, descalzo, armado de un piano de cola. También están el jazz, el folk... “Al final es todo emoción. Para mí, lo mejor es ser abierto de mente. Si la música viene de un buen lugar, la gente la abraza”.
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Llamando a las puertas de Londres desde el cielo de París con la voz de esta especie de Nina Simone resucitada en hombre: Benjamin Clementine, dirigido por Colin Solal Cardo, en el vídeo de “London”.
Para él todo o casi todo es el directo. ¿Qué aprende cuando está en contacto con el público? “Para mí, la música es una forma de tener esperanza, de tener buenos sentimientos sobre uno mismo. Y soy consciente de cuánto necesita eso la gente. El amor y la confianza son las cosas más importantes. Solo estoy haciendo esto porque la gente debe tener esperanza”. Clementine puede, a veces, no contestar exactamente lo que le pregunto. Y otras veces tengo la sensación de que preferiría estar en cualquier otro lado antes que pegado al teléfono, hablando conmigo. Pero sus respuestas vienen de un buen lugar, así que las abrazo.
“Para mí, la música es una forma de tener esperanza, de tener buenos sentimientos sobre uno mismo. Y soy consciente de cuánto necesita eso la gente. El amor y la confianza son las cosas más importantes. Solo estoy haciendo esto porque la gente debe tener esperanza”
Entre sus influencias no figura, según cuenta, la música africana, aunque sus padres sean de ascendencia ghanesa. “Son británicos, al fin y al cabo; igual que mi abuela. No es que pusieran música africana en casa. De hecho, yo descubrí a Fela Kuti en París”. Sus padres no estaban entusiasmados con la idea de Clementine de dedicarse a la música: “Querían que fuese abogado y que me ganase la vida como una persona normal”. Estudió Derecho durante un año antes de dejar el hogar. “Pero prefiero no hablar de todo eso”.
El cantautor no quiere exhibir su historia personal y que esta, como decíamos, se imponga a la música, pero las letras del disco son muy autobiográficas. “Totalmente”, me confirma. Ya solo en muchos títulos hay referencias directas a lugares que han marcado su lucha vital: “Edmonton” en el EP “Glorious You” (Behind, 2014); “London” y “St-Clementine-On-Tea-And-Croissants” en el álbum... Dice en la ya emblemática “Cornerstone”: “Estoy solo, solo en una caja de piedra / Decían que me querían, pero todos mentían / Estoy solo, solo en una caja mía / Y este es el lugar al que ahora pertenezco”.
Él quita algo de peso a esos versos, aunque parezcan bastante transparentes. “Juego con las palabras. Me encanta la literatura”, dice Clementine, quien asegura sentirse más cerca de la música francesa que de la inglesa por “su atención al detalle en las letras”. Dos favoritos: Jacques Brel y Léo Ferré. Del segundo puede haber heredado el interés por el spoken word: a veces, difumina las melodías para dar rienda suelta a las palabras.
Clementine estará este verano en el Vida Festival de Vilanova i la Geltrú –ya se le pudo ver el año pasado en La Mar de Músicas de Cartagena– para contar, a través de la música, por supuesto, su historia. Que solo acaba de empezar. Él quiere llegar lejos y quiere hacerlo para salvarnos. “Es todo por el ser humano”, afirma. “Estoy muy emocionado. Tengo canciones, tengo ideas. Quiero sonar más rock. Quiero ser sincero. Y no quedarme en un solo género. Tampoco insistir con mi historia, porque todo el mundo tiene la suya”.
Canta en “The People And I”: “Y escribo para la gente y yo / Hablo para la gente y yo”. No quiere dejarnos solos en el viaje.
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