En California, en la Universidad de Stanford, un grupo estudiantil ha iniciado un movimiento que pide a Apple que los libere.
Antes de seguir adelante y explicar de qué los tiene que liberar exactamente, recordemos que Stanford está situada muy cerca de Silicon Valley y que es popularmente conocida como The farm, la Granja, porque de allí salen muchas de las lumbreras de nuestro tiempo. Steve Jobs -cofundador de Apple- estuvo buena parte de su vida ligado a ella.
Los educandos en cuestión -de informática para más inri- se han agrupado bajo el lema Estudiantes de Stanford Contra los Dispositivos Adictivos. Piden a la empresa de la manzana que modifique sus móviles para que no estén todo el día enganchados a ellos. El grupo copó los titulares de la prensa cuando, hace poco, se manifestaron frente a la Apple Store de Palo Alto. En su manifiesto fundacional recuerdan que el 9% de los adultos revisan su móvil cada hora y que el 50%de adolescentes se consideran adictos a él. Avalados por estudios, explican que la adicción al móvil causa estrés, perjudica las relaciones con otras personas y hace que mengüe la productividad. Consideran que los culpables de su adicción no son redes como Facebook y el resto sino los móviles (los iPhone, sus preferidos), y que son la puerta de entrada a ellas. Por este motivo afirman que Apple es la única capaz de ayudarlos a frenar su dependencia.
Dicho todolo cual, piden a la empresa que sus móviles les permitan controlar el tiempo que pasan en Instagram, Facebook, Snapchat, Reddit y toda la pesca. Que les permitan recibir notificaciones sólo de lo que les interesa. Y que les ofrezcan opciones para evitar distraerse, algo así como un 'modo esencial' que únicamente les informe de llamadas telefónicas, mensajes y fotos. Me dejan pasmado. ¿Tiene que ser Apple quien añada aún más 'modos' para que ellos se desenganchen? ¿No son capaces de hacerlo ellos mismos? Mira que es fácil desactivar -ni que sea temporalmente- todas las redes sociales y las notificaciones que tanto les perturban. Basta pulsar botones que ya hay en los móviles actuales. O hacer algo incluso mejor: apagarlos por completo, como hacemos todos cuando necesitamos concentración. Es lo que he hecho yo mismo para escribir esta columna sin que me despisten los ruiditos y las musiquitas que emiten. Vaya lumbreras, los de Stanford. Menudo futuro tecnológico nos espera.
Quim Monzó a Seré Breve del Magazine
de La Vanguardia de l'01/04/18
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