dimarts, 20 de març del 2012

UN CORTADO

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Esta mañana, en la barra del bar, tres desayunar un trozo de tortilla de patatas y una caña de Cerveza, pido un cortado. La dueña toma un vaso pequeño, lo pone en la cafetera y, cuando queda casi lleno de café, lo aparta, lo sitúa en uno de los platitos que tiene en la barra y va añadiendo leche, hasta llegar al borde. Sólo que pusiese una gota más, rebosaría.
Entonces coloca en el plato un sobrecito de azúcar y una cucharilla, me lo acerca todo con una sonrisa, se da media vuelta y deja la jarita de la leche junto a la cafetera.
Quito del plato la cucharilla y el azúcar y los dejo sobre la barra. A continuación cojo el vaso y vierto parte del cortado en el plato, hasta que queda lleno. Entonces dejo el vaso sobre la barra, verifico que al cortado le falta ahora cosa de centímetro o centímetro y medio para llegar al borde, rompo el sobrecito, vierto el azúcar dentro del vaso y lo remuevo con la cucharilla.
Tras servir un trozo de tortilla de patatas a otro cliente, la mujer repara en el plato lleno de cortado y me pregunta:
-       ¿Qué pasa?¿Se le ha derramado…?
-       No –le digo-. Como el vaso estaba lleno hasta el borde, era imposible echar el azúcar y removerlo sin que se derramase y quedase todo hecho un asco, empezando por las paredes del mismo vaso. Por eso he vertido un poco dentro del plato antes de empezar a remover, para poder hacerlo.
Con cara de no acabarde entenderlo, la mujer asiente ligeramente con la cabeza. Es un gesto similar al que veo en muchas caras desde que, hace un par de semanas, decidí hacer eso mismo cada vez que me traen un café, un cortado, un café con leche –lo que sea- tan lleno que no hay manera de remover el azúcar sin que el líquido se vierta. ¿Nunca han ido ellos a otros bares y se han encontrado en esa misma situación, con vasos tan llenos que no hay manera de remover el azúcar? Entonces, ¿por qué lo hacen?¿Creen de esa forma el cliente dirá: “Qué generosos son, no escatiman la leche del cortado…?” ¿En algún momento de sus vidas profesionales se ponen en la situación del cliente? Es evidente que no, y que es por ese mismo motivo que, cuando a veces pides pan con tomate y anchoas, te traen las anchovas –de l’Escala, excelentes-  abiertas, limpias y a punto de comer… pero con la cola intacta. ¿Qué pretenden? ¿Qué te comas las colas de las anchoas? Si al menos te trajesen un tenedor y un cuchillo, pues uno mismo se pondría a la tarea de quitarlas, pero es que no se traen ni tenedor ni cuchillo. ¿No prevén que, si quiere comérselas, el cliente tendrá que arremangarse y arrancarlas con los dedos?Pasa los mismo con los bocadillos de lomo embuchado, de mortadela, de butifarra o de chorizo.Tienes que separar las dos mitades del pan y empezara quitar la piel de todas y cada una de las rodajas de lo que sea que hayas pedido –para luego volver a montarlo, ya sin pieles-, de modo que se pasa uno más tiempo quitando pieles que desayunando. Eso sí: tanto a la llegada como a la salida, infinidad de sonrisas de supuesta cortesía.
 Quim Monzó
a Seré Breve
del Magazine de La Vanguardia del 15/01/12

(Foto: RaMGoN)

4 comentaris:

nur ha dit...

a mi no m'ha passat mai, ja que el cafe sol, normalment te'l fan a 10 cm del vorde

Ciutadà K ha dit...

cert, i si és molt espresso, molt espresso la feina és teva per a trobar-lo dins de la tassa...

:P

Carolina ha dit...

Tota la raó del món!

laura ha dit...

:-) claro que sí !!!