dimarts, 29 de maig del 2018

ANIMALITOS

Resultat d'imatges de tortuga rugosa en polos lacosteDurante la Semana de la Moda París (Paris Fashion Week la llaman, que los franceses también se pirran por lo anglicismos), los fabricantes de los polos Lacoste han tenido una idea admirable. En paralelo a sus polos habituales (esos con un cocodrilo a la altura del pezón izquierdo) han presentado una serie especial -limitada- con otros diversos animalitos substituyendo al reptil. No se trata de bestias de compañía, de eses que vemos habitualmente por la calle. Nada de un perro cagando en un parterre o en la puerta de tu casa. Nada tampoco de gatos almibarados, de los que inundan las casas de algunas personas y sus perfiles de Instagram.  Son, en todos los casos, ejemplares de especies en peligro de extinción.

Hay, pues, polos Lacoste con un cóndor de California en el pecho, pequeñito. También con el tigre de Sumatra, con el loro kakapo, con la tortuga rugosa de Sumatra, con el lémur saltador, con el rinoceronte de Java o con la vaquita marina, un mamífero del que apenas quedan treinta ejemplares. 

La iniciativa ha tenido un éxito arrollador. El dinero conseguido -ya se han vendido todos los polos-irá a parar a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, una organización que se dedica justo a lo que su nombre indica. Las personas sensibles alaban la iniciativa de Lacoste por su compromiso con el medio natural. Omiten el detalle de que, aparte de que sea una iniciativa noble, se trata de una hábil jugada de marketing. Lo cortés no quita lo valiente, y viceversa.

Lógicamente, algunos amargados le han buscado tres pies al gato. Dicen que el hecho de que los polos Lacoste no lleven su cocodrilo icónico puede hacer que, cuando te pongas uno y te vean con él, algunos crean que en vez de un Lacoste auténtico llevas una vulgar imitación de top manta. A mí, que también soy buena persona, la iniciativa me parece la mar de bien. Sólo echo a faltar que entre los animales seleccionados no se encuentre la ladilla (de nombre científico Pthirus pubis) un insecto ectoparásito de entre uno y tres milímetros de longitud que habita en los felpudos humanos, se transmite básicamente por contacto sexual y que en mi juventud era el terror de los promiscuos. La actual moda de los pubis depilados ha hecho que esté casi extinguida, tanto que muchos jóvenes ya no saben ni de qué se trata. Un polo Lacoste que en vez de cocodrilo luciese una ladilla sería lo más.

Quim Monzó a Seré Breve del Magazine 
de La Vanguardia del 25/03/18