dilluns, 8 de setembre del 2025

MONTAJE FINAL (by David Lynch)

 


Me encantan los franceses. Son lo mayores cinéfilos y defensores del cine del mundo. Se preocupan de verdad por el cineasta y sus derechos y creen en el montaje final. He tenido la gran suerte de haber contado con el apoyo de algunas empresas francesas.

Pero no siempre fue así. Cuando hice Dune no pude decidir el montaje final. Me provocó una tristeza enorme, porque me sentía como si me hubiera vendido, y encima la película fracasó en taquilla. Si haces aquello en lo que crees y fracasa es una cosa: puedes seguir soportándote. Pero si no, es como morir dos veces. Resulta dolorosísimo.

Es completamente absurdo que los cineastas no puedan hacer las películas como quieran. Pero en esta industria resulta bastante habitual.

Yo vengo del mundo de la pintura. Y un pintor no tiene esas preocupaciones. Un pintor pinta un cuadro. Nadie viene y le dice: "Cambia eso a azul". Es de risa pensar que en una película significará algo si todo el mundo mete baza. Si le conceden el derecho de filmar la película, te deben el derecho a rodarla tal y como te parece que debería hacerse. El cineasta debería decidir sobre todos los elementos de la película, sobe cada palabra, cada sonido, cada cosa que se sume a esa carretera que recorre el tiempo. 

De modo que para mí Dune significó un gran fracaso. Supe que tenia problemas en cuanto renuncié a decidir el montaje final. Confiaba en que la cosa funcionara, pero no fue así. El resultado final no es el que yo quería y lo lamento.

Aunque la cuestión es otra. Cuando meditas y empieza a crecer la dicha dentro de ti, no resulta tan doloroso. Puedes pasar por experiencias así y superarlas. Pero es algo que ha acabado con mucha gente. Les ha quitado las ganas de volver a hacer cine.

David Lynch (2006:55-56. Atrapa el pez dorado, 2022
(Imatge creada amb IA)