
De él se reían hasta en su partido, tanto, que Esperanza Aguirre intentó su primer asalto al gran poder. Qué risas se echaban periodistas madrileños que aupaban la candidatura de Esperanza pensando que Rajoy era un cadáver político.
De Rajoy nos hemos reído hasta cuando ganaba. "Es el vecino el que elige el alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde" o "¿Y la Europea?". Qué risa Rajoy, ¿eh? El que se presetaba a las elecciones del 20-D de 2015 enfrentándose a la nueva política. El que iba a ser desalojado del poder porque nadie quería pactar con él. El que volvió a presentarse a las elecciones del 26-J de 2016 y mejoró resultados.
Qué risa, Rajoy, ¿verdad? Que una semana después de otra oleada de casos de corrupción que afectaban a su partido, saca adelante los presupuestos gracias a los votos de Ciudadanos y el PNV, dos partidos que no irían juntos ni al palco del Bernabéu.
Qué risa Rajoy, que hasta logra que su vicepresidenta tenga un álbum de fotos con Junqueras, supuestmente el ogro catalán que puede acabar rompiendo España. (Por cierto, ¿qué dirían los portadas de algunos periódicos si la izquierda pactase unos Presupuestos con el PNV y se retratase con el líder de ERC? ¿Estaría España al borde de cataclismo, no?).
De pocos políticos nos hemos reído tanto como de Rajoy. Y ahí sigue, moviéndose como pocos en el alambre. O sin moverse. O mirand hacia otro lado. Pero tiene una amenaza . Otro hombre del que nos hemos reído casi tanto -o más- que de Rajoy: Pedro Sánchez. Aquel desconocido que en pocos meses se convirtió en secretario general del PSOE gracias a Susana Díaz, que tenía miedo de Edu Madina. Sánchez, el tío sin carisma, de cartón piedra, que llevó al PSOE a sus peores resultados electorales. El político defenestrado cruelmente por sus compañeros. Y han sido justamente esos que quisieron matarlo los que le han dado fuerza a una candidato que parecía noqueado. Le han regalado un tesoro: el relato. David contra Goliat. El Ave Fénix que renace de sus cenizas. Los enemigos de Sánchez han creado un mito.
Ojo con los hombres de los que nos reímos y nos burlamos. En un país de orgullosos, se pueden acabar convirtiendo en héroes.
Jordi Évole a Al Contrataque
de El Periódico del 08/05/17
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