-
Ehhh… ¿Quién?¿A quién detuvieron?
-
A nadie, a ninguno.
-
Pero a ver, ¿A quién te refieres?¿A aquel Mario Conde?
-
Ah, es cierto. Tienes razón, ya no me acordaba. Aquel
debió de correr demasiado para subir y meterse en un lugar que no le
correspondía.
-
Debió de ser así, le cortaron la carrera.
-
Yo me refería a ahora, en medio de esta crisis. ¿Has
visto a algún banquero financiero preso?¿O has visto a la policía cargando
contra los especuladores?
-
No, claro. Ya sé por donde vas.
-
Es que, fíjate bien, ¿quién ha originado todo este
desastre de la crisis? La banca y los especuladores en general, con el consentimiento de los principales
gobiernos que lo permitieron. Sobre todo, el de Estados Unidos.
-
¿Y pretendes que metan en la cárcel al anterior
presidente de EEUU y sus ministros y a los banqueros de Wall Street y a los de
todas partes?
-
Pues sí, a los responsables de lo que no está ocurriendo
a todos, de la ruina de los países.
-
… En fin, qué quieres que te diga. No sé qué decirte.
-
¿Pero tengo razón o no la tengo?
-
Depende.Cuando algo es imposible no tiene sentido
pretenderlo. Aunque tengas razón es un desatino.
-
Entonces te parece normal, lo aceptas…
-
Qué va, no está en mi mano, ni en la tuya, el aceptarlo.
No tenemos capacidad para ello. ¿Pero tú qué pretendes?
-
Que les peguen. Sí, que les peguen, como les pega la
policía a los huelguistas y a los manifestantes. Los gobiernos les echan a la
policía a los que protestan por los delitos que cometen los especuladores. ¿A
ti eso te parece bien?
-
No. No me gusta que le peguen a nadie. Y menos a los que
padecen los abusos de otros.
-
¿Entonces?
-
Entonces, nada. ¿Qué quieres? Los banqueros no hacen
manifestaciones, no alteran el orden público.
-
Ya. Únicamente engañan a la gente y la arruinan, echan
abajo sectores económicos, hunden países…
-
Algo habría que hacer, pero sin violencia. Procesarlos.
-
¿Y por qué no hacerle lo mismo que a los demás?¿Entonces
la policía sólo está para los de abajos?¿Es eso? Pues no, si no hacen
manifestaciones y no se les puede echar a la policía, entonces que los vayan a
buscar a sus casas. Que echen la puerta abajo, les echen botes de humo, les
peguen con las porras y los arrastren por los pelos. Como a los demás.
-
Pero hombre, imagina por un momento. Un señor sentado en el salón de su casa, viene de
trabajar…
-
De arruinar familias, de hundir países…
-
Bueno, lo que sea. Pero es una persona que viene cansada
de vuelta a casa. Se descalza y se pone unas zapatillas, se tira en una butaca
frente al televisor. A lo mejor viene un niño, un hijo o una nietecita y se le
sienta en el regazo…
-
Los arruinados también tienen hijos y nietas…
-
Y dale. ¡Pero tu eres un radical! ¿Qué quieres, que echen
la puerta abajo, que irrumpan y que le peguen?
-
Sí.
-
Y dale.¿Y con eso qué arreglas?
-
Lo mismo que cuando les pegan a los que protestan por sus
fechorías.Sólo pido lo mismo.
-
Así no arreglas nada.
-
Quién sabe. Tú no lo sabes, porque eso nunca se comprobó.
Que les manden a los antidisturbios con sus escopetas, sus cascos y sus porras
y luego ya hablaremos.
-
La violencia sólo engendra violencia.
-
Exactamente
Suso de Toro a Mire a ver
Del Magazine de La Vanguardia del
22/04/12
2 comentaris:
desde luego, otro gallo cantaría ...
sí,
y yo creo que afontaríamos nuestra situación con más energía, con más ganas y menos desesperanza... estamos en el agujero de 'para qué hacer nada' si siempre ganan los mismos.
buf!
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